300 gr de garbanzos.
250 gr de jarrete de ternera.
1 Muslo de pollo.
1 Muslo de pavo.
1 Trozo de tocino fresco ibérico.
1 Hueso blanco salado.
1 Trozo de costilla de cerdo salado.
4 Patatas.
5 Zanahorias.
1 Puerro.
2 Apios.
2 Nabos.
Sal.
Agua.
La noche anterior ponemos en remojo los garbanzos cubriéndolos de agua tibia o caliente.
Pelamos las patatas, las zanahorias, el puerro, los apios y los nabos.
Escurrimos los garbanzos y los enjuagamos bien.
Lavamos bien toda las carnes y los huesos.
Ponemos al fuego una olla de tamaño grande (yo he utilizado una olla rápida) y agregamos el trozo de tocino fresco, el muslo de pollo y el de pavo, el trozo de costilla de cerdo, el trozo de morcillo de ternera, el trozo de tocino añejo y cubrimos de agua.
Cuando comience a hervir, añadimos los garbanzos, los apios limpios, el puerro, los nabos pelados y limpios y cerramos la olla y dejamos cocinar unos 30 minutos (desde que comience a hervir)
Pasado ese tiempo, apagamos el fuego y dejamos que termine de salir todo el vapor.
Abrimos la olla y volvemos a poner al fuego.
Ahora debemos ir quitando la capa de grasa que se va formando en la superficie con la espumadera o un cucharón.
Añadimos las zanahorias peladas, las patatas también peladas y salamos al gusto.
Tapamos la olla parcialmente y dejamos cocinar a fuego suave otros 20 minutos mas.
Apartamos del fuego y retiramos los huesos, los nabos, los apios y el puerro.
Sacamos las carnes y reservamos en un plato aparte.
Si tenemos mucho caldo, podemos reservar un poco para futuras recetas como una sopa de picadillos o una buena sopa grazalemeña.